“…Y es que no se puede olvidar que los preparativos individuales y colectivos que se establezcan no sólo servirán para los desastres provocados por el hombre, ya sean accidentales o provocados, criminales o no, sino que también servirán y sirven de forma directa para enfrentarnos a la amenaza de las enfermedades emergentes o reemergentes, ya se trate del caso Litvinenko, un intento de autolisis, el Síndrome Agudo Respiratorio Grave o la gripe A donde el nivel asistencial requerido supone un reto para la organización sanitaria [10][11][12][13][14][15] .…”