INTRODUCCIÓNConforme las organizaciones hacen esfuerzos para adaptarse a contextos de continuos cambios de orden económico, tecnológico y social, en el último tiempo se ha evidenciado un importante crecimiento de la violencia en el trabajo. 1 El interés de organismos públicos e investigadores en el tema se ilustra por la gran cantidad de literatura de diverso tipo que viene produciéndose en las últimas dos décadas. Un ejemplo de esa literatura y un aporte relevante y fundacional para la divulgación y posicionamiento del problema de la violencia en el trabajo lo constituye el texto de Chapell y Di Martino 2 , originalmente publicado en 1998, que ofrece una revisión amplia y global del tema aportando a la comprensión del fenómeno, a la sistematización de las formas en que se ha confrontado y a las propuestas de acción hacia el futuro. La violencia en el trabajo ha sido definida por la OIT 3 como "toda acción, incidente o comportamiento que se aparta de lo razonable mediante el cual una persona es agredida, amenazada, humillada o lesionada por otra en el ejercicio de su actividad profesional o como consecuencia directa de la misma" (p. 4). Se entiende, entonces, que la gama de acciones o incidentes violentos puede ser muy amplia, desde las manifestaciones abiertas de violencia física o verbal hasta las formas más sutiles, pero no por ello menos graves, como el acoso, ya sea psicológico o sexual y las manifestaciones de incivismo, aún más difícilmente catalogadas como formas de violencia en el lugar de trabajo. El amplio espectro de comportamientos que cubre la violencia en el trabajo ha hecho necesario categorizarla en distintos tipos. Una forma de ordenamiento que ha tenido aceptación en la literatura