En la etapa contemporánea neoliberal el sindicalismo ha sufrido severas crisis de representatividad, negociación y afiliación. Sin embargo, esta institución continúa siendo, a pesar de las reestructuraciones en la relaciones laborales y productivas, un espacio en la que los trabajadores y trabajadoras manifiestan no solo reivindicaciones de carácter laboral como mejoras al ingreso, horarios y prestaciones, reflejados en contratos colectivos, sino además externalizan, dentro de escenarios de discusión y convivencia, sus condiciones de libertad, de expresión ideológica, política y de reconocimiento. Algunos sindicatos, como en el de trabajadores universitarios, tienen un dinámica sui generis, puesto que su esquema de sociabilidad dentro del espacio laboral hace que sus formas de relacionarse, o interactuar, tenga una diferente manera a la de otros trabajadores.