“…Así, por ejemplo, habría que dar respuesta a cómo el sistema de partidos, que se estructura esencialmente como antipopulista en el caso chileno (Cavarozzi, 1995;Mainwaring y Scully, 1995;Navia, 2003, Riveros, 2018b, podría dar cabida al fenómeno. Para estos efectos, pareciera entonces adecuado interrogarse si el populismo puede emerger como un eje dominante de identificación política (Marcos-Marne et al, 2020) y su posible correlación con la teoría de clivajes (Bellolio, 2019;Bornschier, 2010Bornschier, , 2018Riveros y Selamé, 2020;Tironi y Agüero, 1999), polarización (Barros, 2018;Bornschier, 2019;Stavrakakis, 2018) e institucionalización (Cadahia et al, 2019;Mazzolini, 2021;Ostiguy, 2015;Ramírez y Stoessel, 2018;Riveros, 2018). Y en el caso de que se interroguen populismo y movilización, la cuestión se centraría, por una parte, en una lógica de representación, que -por cierto-dialoga inevitablemente con un sistema de partidos que habría Paǵina81 fallado en representar los requerimientos ciudadanos y habría dado pie al surgimiento o puesta en escena de nuevas preferencias políticas y nuevos líderes (Bornschier, 2017;Huber y Ruth, 2017;Jansen, 2011).…”