La política de la protesta en regímenes autoritarios: síntesis crítica Felipe Sánchez Barría RESUMEN Introducción: A través de una revisión crítica de la literatura reciente, el ensayo explora la relación entre protesta contenciosa y regímenes autoritarios, y examina las dinámicas y consecuencias que emergen durante el conflicto político. Métodos: Para lo anterior se discuten tres elementos que los especialistas han identificado como los principales en esta relación: oportunidades y amenazas políticas; ciclos de protesta y sostenibilidad de los movimientos sociales; y la relación entre violencia estatal y acción colectiva. Resultados: La recurrencia de la protesta en regímenes represivos muestra la capacidad de la sociedad civil para articular este tipo de acciones contenciosas. Discusión: No obstante, las trayectorias y resultados dependen, por una parte, de las características políticas del régimen y la competencia del gobierno para responder a los desafíos colectivos; y, por otra parte, de la capacidad de los oponentes de montar ciclos de protestas densos en participación durante un periodo significativo, del tipo de tácticas adoptadas, y de la capacidad de adaptación y resiliencia a la violencia estatal.PALABRAS CLAVE: protesta; autoritarismo; política contenciosa; régimen político; represión.Recibido en el 31 de Agosto de 2016. Aprobado en el 13 de Abril de 2017.I. Introducción 1 E n 2011, la revista Times nombró personaje del año al "Manifestante" ("The Protester"). La razón de ello es que dicho año se produjeron una serie de masivas olas de protestas en varias partes del mundo. Desde Nueva York, con el movimiento "Occupy Wall Street", hasta España con "Los Indignados"; también en Chile con la movilización estudiantil, pasando por Brasil con las manifestaciones en contra del gobierno, hasta México con el movimiento "Yosoy132". Algunas con más éxito que otras, cada una de estas movilizaciones se caracterizó por la enorme convocatoria y la gran presión que ejercieron sobre sus respectivos gobiernos para conseguir reformas de todo tipo: económicas, educativas o por más espacios de participación. Así, siguiendo la tesis de Pippa Norris (2002) en su estudio sobre el activismo político contemporáneo, el declive en las formas tradicionales de participación cívica en el mundo occidental -como el voto o la militancia en un partido político-no significó un declive en el compromiso político de los ciudadanos. Por el contrario, sólo se confirmó un cambio en los modos de participación, siendo la protesta pública la principal forma que habría adquirido este nuevo activismo, especialmente entre los grupos más educados de sociedades pos-industriales.Sin embargo, lo que realmente hizo que el año 2011 fuera el año del "manifestante" no fueron tanto las movilizaciones en las principales ciudades de Estados Unidos o Europa occidental, sino el levantamiento de poderosos movimientos sociales en Medio Oriente y el norte de África, los cuales desafiaron a regímenes autoritarios altamente represivos y consolidados por dé-cadas. Co...