“…Como señalan Charters y Spielmann (2014), durante décadas y, en algunos casos, durante siglos, han sido muy numerosos los productos agroalimentarios que han gozado de reputación en términos de calidad, tomando como referencia el espacio geográfico del que proceden. Para ratificar esta afirmación podemos utilizar como ejemplos productos tan reconocidos como el Champagne de la región francesa con el mismo nombre (Charters & Spielmann, 2014); el aceite de Toscana, de la homónima región italiana (Belletti & Marescotti, 1997); el queso Terrincho de la región portuguesa de Trás-os-Montes (Tibério & Cristóvão, 2001); el queso Roquefort con origen en la ciudad francesa de Roquefort-sur-Soulzon (Thode & Maskulka, 1998); el whisky escocés (Jones, 2003); el vino de Oporto de la región del Duero en Portugal (Kotler & Gertner, 2002); las cerezas de Fundão en Portugal (Lopes et al, 2018), el queso Torta de Casar del municipio cacereño del cual recibió el nombre, Casar de Cáceres, en España (Lopes et al, 2018;Folgado-Fernández et al, 2019); o los Vinos de Jerez, también de España (López, 2010).…”