“…57 Habitar, poseer e invertir: continuidades y rupturas en el uso del espacio urbano La historiografía urbana ha identificado que en la primera mitad del siglo xix el espacio de las ciudades estuvo organizado de acuerdo con una jerarquía que iba de centro a periferia. 58 Estas contaban con una Plaza Mayor en donde se estableció el poder religioso, político y económico, es decir, de forma centrípeta la preponderancia del centro sobre los barrios y la periferia (pueblos) hacía de esta área la más valiosa, debido a que en él se estableció la parroquia, el ayuntamiento y la élite local, 59 caso contrario a los barrios, porque en ellos habitaron mayormente mestizos, indígenas, y españoles con poca capacidad económica. Esto cambió a paso lento en algunas ciudades cuando empezaron a tener transformaciones demográficas y económicas en la segunda mitad del siglo xix, debido a que se crearon nuevos grupos de estatus medio y las élites comenzaron a acumular más riqueza en compañías y sociedades anónimas asociadas al ferrocarril en el último cuarto del siglo.…”