“…peregrinaje entre diferentes instituciones estatales, hasta lograr saber algo de la persona desaparecida, ya sea que aparezca con vida, o que se la encuentre en una fosa común, o que nunca se sepa qué ha pasado con ella.En la búsqueda, igualmente, se está en un estado suspendido de incertidumbre, en un duelo prolongado que necesita de la verdad para confrontar ese padecimiento.Muchas familias afrontan ese duelo con actos simbólicos como vigilias contra la guerra, rituales por la vida y otras manifestaciones, en donde se emplean elementos simbólicos de los desaparecidos: retratos, ramos de flores, velas blancas encendidas, bandas blancas o violetas con los nombres de los desaparecidos, cartas y objetos personales(Calvo Sánchez, 2018). Estos y otros rituales y objetos, tema que ya fue expuesto en el estado del arte, son retomados en prácticas artísticas contemporáneas que enuncian la desaparición desde la reinterpretación de estos objetos y rituales, desde una poetización de la imagen y el olvido, contenidos en los mismos.En esta dirección, "Hijos e hijas por la memoria y contra la impunidad" es un movimiento que nació como organización gracias a la preocupación por la marginalización y estigmatización de las luchas políticas emprendidas por padres y madres cuyos hijos fueron desaparecidos(Gómez et al, 2007). Desde la experiencia vivida de sus miembros, estos padres emprenden una lucha contra el olvido tras ver que generaciones anteriores y contemporáneas fueron silenciadas por medio de la persecución, aniquilación y exterminio, anulando las posibilidades y capacidades políticas de nuevas generaciones.…”