Cada vez son más los estudios que centran su atención en el poder informal que se daba en espacios cortesanos aparentemente no ligados a los principales núcleos de poder político, como eran los consejos de la monarquía. En este sentido, el cuarto de la reina fue uno de esos espacios, por lo que tiene sentido pensar que los principales cargos que allí servían fuesen elegidos con extremo cuidado. Precisamente por eso, la camarera mayor, máximo puesto de gobierno dentro de la cámara de la reina, era cuidadosamente elegida. Este artículo persigue estudiar el caso atípico de la duquesa de Terranova, camarera mayor de María Luisa de Orleans, que fue despedida a los pocos meses de empezar sus funciones. A lo largo de estas líneas, se analizarán los diferentes intereses que hubo en su sustitución, así como las principales partes interesadas, que, al contrario de lo que tradicionalmente se ha defendido, iban mucho más allá de las preferencias de la reina María Luisa. Demostrando, de ese modo, que la colocación de una camarera mayor en el cuarto de la reina no se reducía nunca a simples asuntos domésticos de la corte.