El bienestar de las niñas y niños durante el juego es algo que se da por hecho, pues las personas adultas entienden que se divierten y aprenden, pero son escasos los estudios que abordan esta cuestión. Este trabajo pretende identificar cuáles son las manifestaciones de bienestar que presenta el alumnado de cuatro aulas de dos a tres años, de escuelas diferentes, cuando juega con bloques unidad. Se explora la diferente organización espacial (taller y rincón) y el tipo de intervención de la tutora o tutor. Se desarrolló un estudio de casos múltiple donde la observación fue el método principal y la entrevista a docentes, la técnica complementaria. Se analizaron tres sesiones de un total de quince grabadas en cada escuela, empleando una escala de observación que permitió obtener porcentajes de los distintos niveles de bienestar. Las respuestas de las personas entrevistadas se analizaron siguiendo un procedimiento inductivo-deductivo y un criterio temático. Los resultados muestran un alto grado de bienestar en los cuatro casos, un alto y similar nivel de bienestar tanto en taller como en rincón, y un bienestar más elevado cuando hay una mayor intervención del docente. La risa, los gritos de diversión, la relajación, estar con energía, confianza y seguridad son las manifestaciones más detectadas. Se concluye que el juego de construcción con bloques, en condiciones apropiadas, es una propuesta pedagógica muy adecuada para alumnado de esa edad. Se proponen los espacios familiares de las escuelas y la acción tutorial como estrategias oportunas para difundir esta experiencia.