“…Los frutos que alcanzan la madurez son dispersados por animales y fuentes de agua (Masías, 2007;Rojas y Torres, 2008;Stone et al, 2009;Reynel y Marcelo, 2010;Aponte y Sanmartín, 2011;Palomeque, 2012;Armijos y Sinche, 2013;Hurtado, 2014;Chusquillo, 2014), encontrando que frutos de seis meses de formación ya son aptos para iniciar su proceso de germinación (López y Piedrahita, 1998) y no antes, ya que estos frutos son climatéricos, esto es, que una vez caen del árbol ya no continúan con su proceso de maduración y desarrollo (Barreto y Herrera, 1990; Ospina et al, 2003) La estructura y dinámica de la especie es muy variable y poco investigada; se tienen tasas de crecimiento en altura entre 0.14 m/año y 2.0 m/año (valor calculado con individuos ya reproductivos, cercano a los ocho años), siendo mayor en las zonas donde la especie crece naturalmente bajo sistemas agroforestales y en zonas con suelos degradados por minería o agricultura intensiva con manejos silviculturales (Barreto y Herrera, 1990; Instituto ecuatoriano, forestal y de áreas naturales [Inefan] et al, 1997;Yamamoto y Barra, 2003;Molina et al, 2003;Ospina et al, 2003;Masías, 2007;Díaz y Rivera, 2007;Ortega, 2007;Reynel y Marcelo, 2010;Palomeque, 2012;Gómez et al, 2013). En DAP varía de 0.6 cm/año a 2.…”