“…Si se analizan algunos de los estudios anteriormente descritos, así como otros, se pueden extraer determinadas conclusiones que se expondrán seguidamente. Además, la literatura científica apunta en la dirección de que las emociones influyen en la música y viceversa (Juslin, 2011;Konečni, 2003;Lamont;Eerola, 2011;North;Hargreaves;Hargreaves, 2004;Sloboda;O'Neill;Ivaldi, 2001;Västfjäll et al, 2012;Witvliet;Vrana, 2007), como por ejemplo cuando se tiene un estado de ánimo de enfado y este influye a la hora de interpretar una obra musical, o cuando se escucha una melodía determinada y se puede sentir nostalgia o tristeza. Así, por ejemplo, para Juslin y Västfjäll (Juslin;Västfjäll, 2008), la música provoca emociones a través de los mecanismos cerebrales, destacando que no solo afecta a un único mecanismo sino también a otros, como la imagen visual, la memoria y el funcionamiento del cerebro.…”