Mujeres y Hombres. ¿Un amor imposible?

Abstract

esta literatura, a un punto tal que «se puede conocer aproximadamente qué se va a decir y cómo se va a decir, situando al texto en su época histórica» (p. 320). Si bien la sobresimplificación de la realidad a través de planteos maniqueístas aparece como una constante del género, algunos elementos tienen una aparición más reciente. Me refiero, en particular, a lo que Fernández califica, siguiendo a Bateson, como el doble vínculo del discurso liberador de los años noventa. En efecto, coexisten en dicho discurso dos premisas contradictorias: por un lado, se debe otorgar mayor libertad al trabajador y, por otro, se exige que sus iniciativas se adapten a las exigencias de la dirección. En

Hombres que ejercen violencia contra las mujeres: un análisis interdisciplinar

“…El modelo del hombre protector se manifiesta patentemente disfuncional dentro del orden social democrático. Pero, por debajo de esta ficción de igualdad, el modelo del héroe guerrero sigue siendo el paradigma normativo de masculinidad (Castells y Subirats, 2007). La violencia entre iguales es una constante durante la socialización de los hombres desde su infancia (Castells y Subirats, 2007), llegando a manifestarse en casos dramáticos de bullying escolar, frente a los cuales tanto el padre como la madre del niño siguen experimentado gran dificultad para no incitarle a defenderse ejerciendo violencia.…”

“…Pero, por debajo de esta ficción de igualdad, el modelo del héroe guerrero sigue siendo el paradigma normativo de masculinidad (Castells y Subirats, 2007). La violencia entre iguales es una constante durante la socialización de los hombres desde su infancia (Castells y Subirats, 2007), llegando a manifestarse en casos dramáticos de bullying escolar, frente a los cuales tanto el padre como la madre del niño siguen experimentado gran dificultad para no incitarle a defenderse ejerciendo violencia. Una vez más, los progenitores se convierten en los agentes inconscientes de la moral androcéntrica masculinista, la moral del honor (Bourdieu, 2005), a partir de su conocimiento pragmático de que un hombre que no sabe defenderse tiene muchas posibilidades de ser excluido socialmente e incluso violentado por sus iguales, quienes no le considerarán digno de ser un hombre; quienes, en palabras de Celia Amorós (1992), actualizarán ad infinitum el pacto patriarcal de fraternidad-terror, confirmando así recurrentemente en serie su masculinidad.…”