“…Otra característica de esta segunda oleada, mencionada por la literatura, se asocia a la emergencia de actores neoconservadores desidentificados de toda marca religiosa, tanto en sus dimensiones discursivas como identitarias (Morán Faúndes, 2015;, en un claro guiño hacia un secularismo estratégico (Vaggione, 2005) orientado a lograr mayores impactos desde lenguajes e identidades públicas que trasciendan lo confesional (Morgan, 2014). Es por esto que las investigaciones focalizadas en la impronta religiosa del activismo de oposición a los dsr coinciden también en que diversas dimensiones de lo secular atraviesan a estos sectores (Peñas Defago, 2010;Irrazábal, 2013;Morgan, 2014;Gudiño Bessone 2017;López y Loza, 2021;Vaggione, 2005;2022;Tarullo y Sampietro, 2022). En esa etapa, además, las acciones de estos sectores se desplazaron fuertemente hacia el Estado con miras a impactar políticamente en la órbita legislativa, en las políticas públicas e incluso en el área judicial (Peñas Defago, 2019;Vega, Castellanos y Salazar, 2021), como reacción a la apertura de debates públicos sobre dsr.…”