“…A pesar de que el documento de Pearce (1978) señalaba una sobrerrepresentación de pobreza en los hogares con jefatura femenina en los Estados Unidos, se puede concluir que la revisión de estudios empíricos que abordan la característica de jefaturas de hogar femenina como una condición para presentar mayor vulnerabilidad hacia la pobreza con relación a los hogares con jefatura masculina, registra resultados mixtos. Se puede advertir que de la totalidad de los estudios revisados, la mitad encuentra a los hogares con jefatura femenina más vulnerables a la pobreza respecto a su contraparte masculina, (DeGraff y Bilsborrow, 1993;Castillo y Brborich, 2007;CIDE, 2011;Morales y Román, 2013;Torres et al, 2017;Arévalo y Paz, 2016;Ngah Epo y Menjo, 2016;Navarro y González, 2010;Castañeda, 2012;Ayala, 2015;Sosa y Castro, 2022), el resto no encuentra evidencia de ello o sitúa a los hogares con jefas mujeres en mejores condiciones (Appleton, 1996;Wartenberg, 1999;Medeiros y Costa, 2006;ONE, 2007;Klasen et al, 2011;Castro et al, 2017;Rojas, 2003;Reyes y Gijón, 2007;Mendoza y López, 2013;Ortega y Hernández, 2015).…”