“…Esta forma de hacer geografía histórica se interesa por estudiar procesos espacio-temporales, como la desecación de pantanos, la incorporación de tierras para la agricultura, la formación de sistemas agrarios, los cambios en la cobertura vegetal derivados de la actividad humana la difusión de prácticas culturales principalmente de carácter material, temas que son abordados de una manera primordialmente empírica. A su vez, es una geografía histórica que se apoya fuertemente en la geografía física (climatología, geomorfología, biogeografía, entre otras), haciendo énfasis en paisajes de tipo rural, propios de sociedades no industriales o precapitalistas, y dejando de lado los temas urbanos y de desigualdad espacial derivados de la emergencia del capitalismo, aspectos que vendrían a ser centrales para la llamada geografía radical de los años setenta (Van Ausdal 2006).…”