“…Según cifras de la Sociedad Americana de Cirugía Plástica, en Estados Unidos, se realizan alrededor de 100.000 reducciones mamarias al año 1 . Tradicionalmente la evaluación de resultados se ha enfocado en la antropometría postoperatoria, a lo cual se han agregado avances en imagenología, específicamente la fotografía 3D que ha demostrado ser una herramienta útil, que permite realizar evaluaciones volumétricas pre y postoperatorias, cuantificar cambios en forma y realizar planificación preoperatoria certera [2][3][4] . Si bien todos estos aspectos constituyen un avance importante, siguen centrándose en la perspectiva del cirujano, dejando de lado la perspectiva del paciente, pasando por alto aspectos relevantes de medir, tales como síntomas físicos, impacto en vida sexual, relaciones sociales y autoimagen.…”