“…En la actualidad ya contamos con investigaciones dedicadas a los niveles educativos básicos o primarios a ambos lados del atlántico (Cañizal, 1991;Echeverría, 1991;López Chávez, 1993;Samper Hernández, 2004, 2009Sánchez Corrales y Murillo Rojas, 2006;Prado Aragonés y Galloso Camacho, 2008;Medellín García, 2011;Hernández Solís, 2014;Jiménez Berrio, 2015aHenríquez et al 2016) que subrayan la relación directa entre la cantidad y calidad de palabras que un niño posee y los procesos asociados al conocimiento y comprensión del mundo que le rodea. Del mismo modo, se señala que los resultados de este tipo de trabajos pueden ejercer como indicadores del desarrollo cognitivo dando cuenta de las posibilidades que los escolares encuestados tendrán para leer y escribir de manera efectiva, e incluso se establece la evolución o progreso del vocabulario disponible según la edad de los informantes.…”