“…Así las cosas, más de 30 años después de aquella diferenciación de las facies del Bronce de La Mancha, confirmada su realidad por la investigación arqueológica y considerablemente acrecentada la información disponible sobre ellas, en la última década se ha propuesto la identificación de otra manifestación de aquel complejo cultural -casualmente muy relacionada con el tema de los "túmulos no megalíticos" de La Meseta, ya abordado en algún artículo publicado en los años 80 y en una antigua tesis doctoral (Galán, 1985(Galán, , 1988, y hoy más y mejor conocidos-, proponiéndose la existencia de una facies más, representada por monumentos funerarios de un "horizonte tumular" cuyo único ejemplo algo conocido sería el conjunto arqueológico de Castillejo del Bonete 4 , en el que se han identificado dos "túmulos" conectados por "corredores", restos de enterramientos y rituales de comensalidad (Montero et al, 2014;; Benítez de Lugo y Mejías, 2015a; Benítez de Lugo et al, 2015a) que pudieron incluir elaboración de lácteos y de alimentos (Fernández et al, 2015;Benítez de Lugo et alii, 2015b), y que se ha relacionado con determinados fenómenos astronómicos (Benítez de Lugo, 2015a, 2015b; Benítez de Lugo y Mejías, 2015a), en función de la orientación de sus "corredores" (Benítez de Lugo y Mejías, 2016a) y de las propias galerías de su cueva natural (Esteban, 2015; Benítez de Lugo y Mejías, 2016b), hipótesis antes solo propuesta (Esteban y Benítez de Lugo, 2016) y ahora asegurada (Benítez de Lugo y Mejías, 2017).…”