El castro del Alto de La Garma, en Omoño, en Ribamontán al Monte, es un pequeño recinto fortificado de la Primera Edad del Hierro situado en la zona costera de Cantabria. Las excavaciones realizadas han permitido documentar una ocupación en dos fases. La primera, que se enmarca en la Edad del Hierro i, cuenta con una muralla defensiva construida en terrazas y viviendas circulares, cuya cronología puede situarse entre finales del s. VIII a. C. y finales del s. VI a. C. La segunda fase, tras una centuria de abandono, se fecha entre el final del s. V y el IV a. C., se caracteriza por la construcción de una muralla de doble careado. Algunos materiales arqueológicos y la datación absoluta abren la posibilidad de que esta fortificación, tras un nuevo abandono, hubiera sido utilizada durante la Segunda Edad del Hierro o durante la etapa romana.
En este artículo se analizan sus ocupaciones a partir del estudio de la arquitectura defensiva y doméstica, poniéndose en relación con otros yacimientos de la Edad del Hierro de la región cantábrica.