“…Asumiendo que el constructo relación familiaescuela resulta ser uno que ha transitado desde conceptualizaciones más tradicionales e instrumentalistas hacia la consideración de una amplia gama de acciones conjuntas que soportan el aprendizaje en el hogar, la escuela y la comunidad, se han hecho esfuerzos por integrar efectivamente estos asuntos en la formación de docentes, con el fin de desarrollar asociaciones y vínculos fuertes entre las escuelas, los territorios, las familias y las comunidades de base (Evans, 2013;Garreta, 2016;Miller et al, 2013;Razeto, 2018). Sin embargo, es posible afirmar que en la actualidad existen grandes brechas tanto en la discusión teórica como en la preparación de docentes para el trabajo con familias y comunidades, debido a que el constructo relación familia-escuela actualmente posee desarrollos dispares dentro del debate teórico sobre educación, además de carecer de una suficiente cobertura curricular dentro de los programas de formación docente, pues tal cobertura está mediada por el interés particular o la preparación de cada docente (De Bruïne et al, 2014;Willemse et al, 2016), por consideraciones y conceptualizaciones muchas veces esencializadas, tanto de las familias como de las escuelas (Manghi et al, 2021), además de invocar esfuerzos por incluir estos temas en currículos para la formación inicial docente usualmente abarrotados de contenidos (De Bruïne et al, 2014;Epstein y Sanders, 2006).…”