“…Si bien no son parte central del objeto de estudio, es de notar que la lingüística ha consagrado una atención nada desdeñable a las estructuras pseudorrelativas de (2), (3) y (4), pues permiten derivar propiedades de las cláusulas reducidas, el (controvertido) ascenso de sujeto a objeto y el parentesco con la variante finita y no finita del esquema (véanse graffi, 1980;Menschig, 2000; fernández Lagunilla y de Dios López, 1991;fernández Lagunilla, 1992;López Muñoz, 1996;Pons, 2007Pons, , 2008Elvira, 1984Elvira, , 2009Cinque, 1992;Rafel, 1999;y, recientemente, Aldama garcía y Moreno Sandoval, 2017;Aldama garcía, 2018;y Herbeck, 2020).…”