“…Esto significa otra señal de la resistencia del marco normativo-institucional del país por avanzar hacia una mayor autonomía de los gobiernos regionales y locales en planificación territorial (Marshall, 2019;Orellana, Arenas, Marshall y Rivera, 2016). En la actualidad, Chile sostiene bajos niveles de descentralización a escala local, primordialmente en materia fiscal, respecto a países de la OCDE (OCDE, 2014; Balbontín, Escobar y Seemann, 2017; Horts, 2018), situación que limita que la gran mayoría de los gobiernos municipales pueda sostener una adecuada prestación de bienes y servicios públicos (Orellana y Marshall, 2017), debilitando la gobernanza multinivel (OCDE, 2017;Henríquez, 2020). Se constatan, en este país latinoamericano, importantes disparidades territoriales que se arrastran desde hace décadas (Aghón y Cortés, 1998;CEPAL, 2017), donde incluso los procesos de regionalización impulsados en los últimos veinte años no han establecido cambios sustanciales (Rehren, Orellana, Arenas e Hidalgo, 2018;Marshall, 2018).…”