La relación de ayuda en Trabajo Social: Propuestas para un desarrollo de calidad

Abstract

Resumen El Trabajo Social desde sus inicios ha dado siempre una gran importancia (Richmond, 1996) a la relación que establecía el trabajador social con sus clientes, ya que ha considerado que esta relación es el canal en el que cobran sentido el conocimiento y comprensión de las situaciones que atendemos, los diagnósticos que establecemos y las intervenciones que proponemos y acordamos con nuestros clientes. Además, también somos conscientes que difícilmente podríamos lograr influir en la vida de nuestros clientes de manera significativa si no estableciéramos una relación de calidad con ellos, basada ésta en la calidez, el respeto y la comprensión de unos profesionales de la ayuda que creen en sus capacidades y posibilidades, y por ende en su futura autonomía y autogestión. En la certeza y convencimiento de lo expuesto, la pregunta central es saber desde qué marco teórico de las ciencias sociales puede desarrollarse una relación de ayuda coherente con los principios y valores del Trabajo Social. Hemos encontrado la respuesta en el enfoque humanista que permite desarrollar un trabajo social de naturaleza interaccionista. (Banks, 1997; Bermejo y Matínez, 1998; De Robertis, 2003). Para comprender en qué consiste, señalamos los rasgos principales que la teoría humanista tiene sobre el ser humano y analizamos su aplicación a la intervención del trabajador social, resaltando la consideración del cliente como sujeto activo y participante dotado de potencialidades y capacidades, capaz de tomar decisiones sobre sus asuntos. En el deseo de concretar estas reflexiones se propone un perfil profesional de trabajador social que ejerce desde esos valores y que manifiesta en su práctica unas actitudes y destrezas profesionales propias del enfoque humanista y que se ve abocado de alguna manera a acometer procesos de cambio y trasformación, en ocasiones dolorosos, a la manera de cualquier ser humano (Rogers, 2000).

Strengthened bond between intervention agent and participant in psychosocial and community programmes: From an administrative relationship to a technical‐affective bond

“…However, our findings confirm the relevance of technical elements such as regularity, stability, and continuity in strengthened bonds. This reinforces that professionals who offer psychosocial support will be more effective when they learn to balance technical and interpersonal competences (González et al, 2016).…”

“…The concept of bond is polysemous, spanning several areas of the social and health sciences (De Araújo & Nunes, 2016). Authors have highlighted professionals' ability to be open to the co‐construction of a bond aimed at promoting change processes in the participants, with this bond being one of the aspects that the latter appreciate the most (Arriagada, 2018; González, Blanco, Martis, Fernández, & Álvarez, 2016). Likewise, Rodríguez (2010) asserts that this relationship is the main instrument and the core of the helping process in psychosocial interventions.…”

Professional training for strengthening the bond between intervention agent and participant in a psychosocial poverty alleviation programme

“…In this regard, it is essential to offer training focused on the development of useful skills for establishing this bond, since it facilitates empowerment and can improve the quality of life of the persons and families receiving support (Dauvin and Oyarzún, 2016); furthermore, the bond is one of the aspects that programme participants appreciate the most (Arriagada, 2018; Gonzáles et al, 2016). In addition, other suggestions for professionals have been reported, such as being emotionally available and resilient, acquiring socio-educational competences to encourage participation and empowerment, coordinate intervention efforts and operate as part of a network (Parazelli, 2000).…”