El debate central en filosofía de la imagen se articula en torno a la oposición entre un enfoque semiótico, que considera a la imagen como un determinado tipo de signo, y uno perceptualista, que se orienta hacia la captación de imágenes y la caracteriza en su relación con la percepción sensible. Se señalan algunas dificultades de dicha articulación y se analiza el enfoque hermenéutico y la ontología heideggeriana de la imagen para mostrar cómo puede contribuir a renovar el debate, afectando incluso su pregunta conductora.