En América Latina, pocos países lograron consolidar un complejo farmoquímico durante el siglo XX. En Argentina y México, no sería hasta mediados del siglo XX que el sector viviría su auge. La historia de las últimas décadas hizo que los caminos de estas dos naciones latinoamericanas se bifurquen. Mientras que en Argentina la rama sorteaba los imperativos del consenso de Washington y comenzaba el nuevo milenio con una estructura productiva con predominancia del capital nacional, en México la adhesión al GATT y la incorporación al TLCAN mejoró la productividad del sector a expensas de ceder posiciones al capital extranjero. Trazaremos las características principales de la producción de medicamentos en estos países a nivel de la estructura productiva y considerando la inserción de estos países en el mercado mundial. A su vez, buscaremos reponer críticamente la trayectoria del sector en las últimas décadas. Los noventa son vistos por cierta literatura como un periodo sombrío para la industria latinoamericana. Resulta necesario entonces como ciertos capitales nacionales lograron no solo sobrevivir, sino consolidarse y expandirse en ese periodo. Para ello, será necesario evitar confundir un proceso de concentración de capital –característico de todas las actividades en todo el mundo– con la llamada “desindustrialización”.