“…En tal sentido es que son los propios internautas los promotores de una preferencia electoral, intención de voto o sufragio efectivo entre sus contactos y a través de estrategias de espionaje (stalking), ridiculización (bullying) o desacreditación (trolling) hacia candidatos o partidos (García, 2014). La fiabilidad internauta, de acuerdo con el enfoque del capital humano, es un efecto de habilidades computacionales que se especializan en desprestigiar partidos y candidatos políticos, estableciendo una agenda de agresividad y violencia en contra de la clase política, funcionarios o autoridades locales, a la vez que activan reacciones apoyando a partidos o candidatos emergentes con los que los internautas se sienten más identificados por su imagen de críticos al sistema de gobierno o apolíticos (García, 2015). Precisamente, las habilidades computacionales que generan ideas contrarias a un sistema político, régimen de gobierno o forma de Estado, suponen estrategias de promoción de partidos y candidatos emergentes que benefician a los partidos y candidatos hegemónicos en las contiendas electorales.…”