“…Partiendo de una noción topológica de la escritura somersiana, la autora traza un intenso recorrido por aquellos elementos que conforman una visión fantástica, pero también experimental, onírica y provocativa del devenir humano. Junto a ella, Evelyn Picon Garfield (1990), María Cristina Dalmagro (2000Dalmagro ( , 2002Dalmagro ( , 2003 y Alejandra M. Mailhe (1997Mailhe ( , 2000, establecieron una mirada femenina y corporal en algunos de sus análisis críticos, aunque fue sobre todo Susana Zanetti (1997Zanetti ( , 2002 quien planteó una nueva manera de enfrentar el texto somersiano -especialmente la última novela-al reivindicar el punto de inflexión entre lectura y escritura, y entre literatura y enfermedad, como bases interpretativas. 13…”