Este artículo esboza una lectura de Viagens na minha terra, del escritor portugués Almeida Garrett, centrada en la necesidad de una mirada crítica respecto a la situación portuguesa a mediados del siglo xix, en un contexto europeo de gran agitación política y desarrollo industrial. Esta lectura resalta la peculiaridad del viaje que da origen a la obra —es decir, un viaje al interior del territorio portugués que se presenta como una inversión de las narrativas nacionales tradicionales de viaje relacionadas con los descubrimientos y las expediciones ultramarinas—. Por otra parte, esta lectura atiende el valor simbólico de la ciudad visitada por el autor, Santarém, donde tiene lugar una visión del devenir nacional. A partir de esta visión, el autor señala un rumbo para el desarrollo del país y de sus autorrepresentaciones, entre las cuales se atraviesa el reconocimiento de que Portugal ha dejado de ocupar un lugar central en las dinámicas del mundo moderno y ha pasado a ocupar un lugar en la periferia, desde la cual habrá de esforzarse por construir una imagen de sí mismo, además de debatirse entre las representaciones tradicionales y una imagen de modernidad que será proyectada a la exterioridad, principalmente a través de la valoración de su patrimonio histórico y su sucesiva incorporación a una industria turística, aún en ciernes.