“…Entre los países que registran mayores cifras de homicidios y los que registran menores cifras, hay diferencias evidentes en el índice de desigualdad (Jaitman & Machin, 2015). Esto se identifica claramente al sur del continente latinoamericano, donde países como Uruguay, Argentina y Chile reportan bajas tasas de homicidio, similares a las existentes en Europa (UNODC, 2013), mientras que en América Central y la parte norte de Sudamérica las cifras de hombres entre los 15 y 29 años que han sido víctimas de homicidio casi cuatriplican la media global para este grupo específico (Otamendi, 2019a). De hecho, de las casi cien mil personas que murieron a causa de las armas de fuego en el año 2014 en la región, el 84 % fue por agresiones, a comparación de un 3 % por suicidios, 2 % por accidentes, 1 % por intervención legal y 10 % por causas no identificadas (Otamendi, 2019b).…”