“…Este desplazamiento ha estado motivado, en muchos casos, por las ventajas de costes que estas economías presentaban. Ello generó una preocupación importante por la pérdida de puestos de trabajo en los países de origen dada la dificultad de competir con los menores costes laborales de las economías a las que se dirigían, aun teniendo en cuenta los diferentes niveles de productividad (Wright, 2014, Gagliardi, Iammarino y Rodríguez-Pose, 2015 así como por su impacto sobre otras actividades de la empresa como es el caso de la innovación (Mitza y Kreuzer, 2015) o el propio crecimiento económico (Alan, 2004). Por su parte, para las economías de acogida este proceso supone entradas adicionales de capital y tecnología que les permite avanzar en su senda de desarrollo y mejorar sus expectativas de crecimiento (Sanchez-Robles, 2006, o Hansen, Schaumburg-Müller y Pottenger, 2008.…”