“…La presencia del flow no sólo ha sido asociada a una motivación intrínseca, sino a un mayor compromiso y adherencia a la práctica deportiva (López-Torres, Torregrosa y Roca 2007; Moreno, Cervelló y Gonzáles-Cutre, 2006;Torregrosa y Roca, 2006); ya que le da al atleta una sensación de placer y disfrute acompañada de resultados positivos en cuanto al rendimiento, permitiéndole llegar a obtener un funcionamiento óptimo casi de forma automática y sin esfuerzo (López-Torres et al, 2007;Moreno et al, 2006;Orta-Cantón y Sicilia-Camacho 2015). El flow es una experiencia armoniosa, donde mente y cuerpo trabajan juntos, dejándole a la persona la sensación de que algo especial ha ocurrido (Jackson y Csikszentmihalyi, 1999); sin embargo, si bien éste puede ocurrir de forma espontánea, existen mayores probabilidades de que se dé si es que el deportista se encuentra entrenado para producirlo (Moreno, Cano, Gonzáles-Cutre, Cervelló y Ruiz, 2009;Ruiz, 2003).…”