“…Es precisamente esta implicación perlocucionaria la que consolida la dimensión retórico-cultural de los elementos filosóficos como elementos culturales, ya que son proyectados comunicativamente por la instancia productora a la instancia receptora con la finalidad de implicar perlocucionariamente al lector en el código comunicativo retórico-cultural, el cual le permite acceder a los elementos culturales del referente, identificarlos e interpretarlos y hace posible que estos produzcan un efecto en él como destinatario de la obra. La dimensión retórico-cultural de la presencia de la filosofía en el referente, y a partir de este en el texto de la obra literaria, es clave en la configuración de la Retórica Cultural (Albaladejo, 2013;2016;Chico Rico, 2015;Fernández Rodríguez, 2019;Gallor Guarín, 2019;Gómez Alonso, 2017;Jiménez, 2015;Martín Cerezo, 2017) como parte de la Retórica y asimismo de los Estudios de la Cultura (Studies in Culture) que se ocupa del estudio de la proyección comunicativa de contenidos culturales en el discurso y en la obra literaria con la finalidad de conseguir una perlocución de carácter persuasivo y/o convincente.…”