“…En la actualidad la IE se analiza desde dos modelos vinculados en su origen (López-Cassá, Pérez-Escoda & Alegre, 2018), pero diferenciados en cuanto a la forma de medirlos y evaluarlos (Molero, Pantoja & Galiano, 2017). El modelo rasgo, que fundamenta su desarrollo en el conjunto de características estables de la personalidad, emociones, motivaciones y habilidades cognitivas ( Bar-On, 2006;Fernández-Berrocal, Ruiz-Aranda, Salguero, Palomera & Extremera, 2018) y por otro lado, el modelo habilidad, que se define como la agrupación de aptitudes que permiten un uso adaptativo de las emociones (Mayer, Salovey & Caruso, 2000), siendo su descripción relevante en la compresión y adquisición de competencias emocionales (Mayer, Caruso & Salovey, 2016).…”