Infraestructura regional para el desarrollo ecónomico y logístico de Centroamérica y República Dominicana

Abstract

En los últimos 30 años, la integración física de América Latina y el Caribe ha sido un tema fundamental para el desarrollo de la región y una prioridad de las agendas gubernamentales. Las cadenas de valor regionales y globales se han intensificado de forma considerable en las últimas décadas y por ello la infraestructura en combinación con los servicios logísticos, se presentan más que nunca como los principales habilitantes para el aprovechamiento de las sinergias de mercado. La pandemia del COVID-19 y la consecuente interrupción de algunas cadenas de suministro en los distintos eslabones logísticos, deben darnos un impulso adicional para acelerar el proceso de cierre de brechas y desigualdades preexistentes entre las economías. Los países de Centroamérica y la República Dominicana tienen una amplia oportunidad de posicionarse como enclaves estratégicos dentro de las dinámicas del comercio global. A manera de ejemplo, durante 2020 países como Costa Rica, Guatemala y Honduras observaron aumentos en sus exportaciones en productos como los dispositivos médicos, equipos de protección personal y productos agropecuarios. En este contexto, apostar por el fortalecimiento de infraestructuras físicas clave como el Corredor Pacífico, por la inversión en los puertos del Caribe, considerando el alto flujo de carga hacia su principal socio comercial los Estados Unidos y por aumentar los estándares y capacidad de los aeropuertos, no solo garantiza un desarrollo logístico que aportaría a la recuperación económica de la región, sino que ofrecería la posibilidad de traducir la reconfiguración de las cadenas de valor en empleo, mayor calidad de vida, atracción de capital humano y resiliencia ante el cambio climático.