Antecedentes: En Perú, la migración interna ha aumentado en los últimos años, en particular entre las mujeres embarazadas. A nivel mundial, alrededor del 37% de las mujeres embarazadas tienen anemia, lo que afecta tanto a la madre como al feto. Objetivos: Evaluar la relación entre la migración y la anemia en mujeres embarazadas en Perú durante el período 2015-2018. Metodología. Estudio transversal y analítico basado en la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES). Se utilizó el Modelo Lineal Generalizado (GLM) con enlace log Poisson para analizar los datos. La anemia durante el embarazo se determinó midiendo la hemoglobina, ajustada por la altura y clasificada según la edad gestacional y según las pautas de la OMS. La migración interna se determinó considerando el lugar donde vivió la mayor parte del tiempo en sus primeros 12 años de vida y el lugar de residencia actual, con un período de residencia mayor de 5 años para ser considerada migración establecida. Se crearon 6 categorías para describir el flujo migratorio: (1) No han migrado, (2) migrantes recientes (periodo menor a 5 años), (3) migración de zona urbana a urbana, (4) migración de zona rural a rural, (5) migración de zona urbana a rural, (6) migración de zona rural a urbana. Resultados: El 20.92% de las mujeres embarazadas presentaban anemia. Aquellas que migraron de áreas urbanas a urbanas durante el primer y segundo trimestre tenían el doble de probabilidades de tener anemia en comparación con las no migrantes (PRa: 2,04; IC95%: 1,04-4,02; p=0,037). Asimismo, las mujeres que habían migrado recientemente tenían un 70% más de probabilidades de tener anemia que las no migrantes (PRa: 1,70; IC95%: 1,08-2,70; p=0,023). Sin embargo, en el tercer trimestre, se observó que las gestantes que habían migrado de áreas urbanas a rurales tenían una reducción del 88% en las probabilidades de tener anemia (PRa: 0,12; IC95%: 0,03-0,56; p=0,007). Conclusiones: Las mujeres embarazadas que migran durante los dos primeros trimestres, especialmente de zonas urbanas a otras, y las migrantes recientes, están más asociadas a tener anemia. En contraste, aquellas que migraron de zonas urbanas a rurales en el tercer trimestre tenían menos probabilidades de tener anemia.