“…Con posterioridad a la declinación de los desembarques (30.000 ton) ocurrida en 1976-1987, el recurso mostró una importante recuperación de los índices de abundancia y estructura poblacional durante 1987-2001, dando lugar a desembarques sobre 110.000 ton (Payá & Zuleta, 1999;Lillo et al, 2001). Sin embargo, desde 2004-2006 el recurso ha declinado, reportándose desembarques inferiores a 50.000 ton y una estructura poblacional desmejorada, lo que se ha atribuido principalmente a altos niveles de depredación por jibia (Dosidicus gigas, Payá, 2006), que han afectado tanto la abundancia como la disponibilidad del recurso (Gálvez, 2006), altas tasas de canibalismo (Jurado-Molina et al, 2006), una sobre-estimación del tamaño del stock en los años previos y consecuente sobre-explotación (Arancibia & Neira, 2008), a fluctuaciones ambientales en la escala interanual (Payá, 2006), y a los niveles de captura. Por otra parte, se ha indicado que su reclutamiento está estrechamente vinculado a las condiciones ambientales imperantes en la época de desove (fines de invierno, Balbontín & Fischer, 1981;Alarcón & Arancibia, 1993;Payá, 2006), observándose mayores reclutamientos cuando el desove se produce en años cálidos (Payá, 2006;Payá & Zuleta, 1999).…”