“…Sin embargo, aquellas concernientes al servicio y al impacto comunitarios han sido minoritarias y fundamentalmente enfocadas a cuestiones más propias del centro escolar que de su entorno, como la equidad educativa, la aceptación plena de la diversidad, la conciencia de la desigualdad social y la detección de necesidades sociales (Fiuza y Sierra, 2017;Mayor y Rodríguez, 2015;Puig et al, 2014;Sáenz de Jubera et al, 2016). Este desequilibrio supone una limitación signifi cativa de los efectos del ApS en la comunidad (Bonastre et al, 2021;Mañanes, 2019), del potencial refl exivo, cooperativo y transformador propio de esta metodología (Álvarez Castillo et al, 2017), la reducción de la atención sobre su relevante valor axiológico (Martín-García et al, 2021), y la obstaculización de las posibilidades del desarrollo de los aprendizajes vinculados a la responsabilidad ética y social (White, 2021). Por ello, resulta necesario profundizar en el estudio de la dimensión comunitaria y de servicio de esta metodología (Redondo-Corcobado y Fuentes, 2020), de manera que proporcione a investigadores y educadores las claves fundamentales que permitan conocer en profundidad su pleno sentido y sus posibilidades ético-cívicas, así como justifi car y evaluar críticamente su uso en el ámbito educativo contemporáneo.…”