“…Los seres humanos debemos mantener el respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás, y esta construcción se hace desde las primeras etapas del desarrollo(Gardner, 2011). Por ello, resulta interesante reconocer la tarea de intervención y fortalecimiento de la autoestima, como estrategia para generar fortalezas cognitivas y de respeto por uno mismo, los otros y el ambiente, favoreciendo el bienestar de los futuros hombres y mujeres virtuosos, tecnológicos, disciplinados y creativos.Respecto a la evidencia, estudios han demostrado que la intervención de la autoestima en población adolescente se asocia con mejorías en los niveles de la misma(Marino et al, 2020;Park & Park, 2015;Soriano & Franco, 2010); de igual manera, otros estudios han desarrollado intervenciones con resultados positivos relacionadas con constructos como habilidades para la vida(Leiva et al, 2015), habilidades sociales(Sánchez et al, 2019;Uribe et al, 2016), proyecto vital (Aciego de Mendoza et al, 2003 y resiliencia(Barón, 2012). No obstante, los resultados frente a las intervenciones en autoestima no son homogéneos, ya que su intervención no siempre parece arrojar resultados estadísticamente significativos, aunque sí una tendencia a la mejoría(Giménez et al, 2013;Sala & Collado, 2013;Vera et al, 2010).…”