“…Si bien es cierto, el ejercicio físico prolongado o extremo según Bruguera (2004), no es un factor que cause agresión sobre el hígado, se conoce que el ejercicio reduce el flujo sanguíneo hepático (Hultman, 1966), y por estar éste órgano involucrado en las rutas metabólicas para el aporte de energía durante el ejercicio, este estudio tiene como objetivo evaluar en un modelo animal el efecto del entrenamiento aeróbico y del ejercicio eventual sobre el estado oxidativo hepático.…”