“…Existen esfuerzos conceptuales relevantes para entender la pandemia del vih donde la noción de vulnerabilidad cobra relevancia. Después de una época en que se habló de grupos de riesgo y de prácticas sexuales de riesgo, en nuestros días se suele enfatizar el papel de la vulnerabilidad en la vivencia con el virus (Magis y Hernández, 2008, p. 106;Amuchástegui, 2017). Los estudios al respecto han permitido reconocer cómo se configura el riesgo y la manera en que el riesgo individual se encuentra inserto en una estructura que hace que algunos sectores sean más vulnerables que otros para adquirir el virus, a partir del género (Persson y Richards, 2008;Herrera et al, 2014), la condición de migrante, el consumo de drogas inyectables, la pertenencia étnica (Núñez, 2009;Ponce y Núñez, 2011), las prácticas homoeróticas (Granados et al, 2009; Guerrero y Mercado, 2017) y las combinaciones de estos factores.…”