“…La simulación clínica es una estrategia didáctica de amplia difusión y desarrollo que se emplea desde mediados de 1960, como un instrumento de formación en los estudiantes de Ciencias de la Salud (Serna y Martínez, 2018). Esta herramienta no reemplaza la práctica clínica habitual, sino que complementa, innova y enriquece los currículos de las carreras del área; brindando nuevas posibilidades de enseñanza -aprendizaje, permitiendo aumentar la seguridad del paciente y la autoconfianza en los estudiantes durante su formación académica; ya que requieren de escenarios en los que puedan consolidar los conocimientos, desarrollar competencias de modo seguro, sin causar daño al paciente (Allan et al, 2010;Coyer et al, 2014;Rubio et al, 2014) además, proporciona un entorno seguro para reorganizar el cuidado en salud y trabajar en equipo. Juguera et al (2014) señalaron que la simulación clínica favorece la interacción de conocimientos, habilidades y factores humanos, con el fin de proporcionar un método de aprendizaje y entrenamiento efectivo, que logra desarrollar una práctica análoga a la que el estudiantado desarrollará en la realidad asistencial.…”