“…Cuando incorporamos la palabra "evidencia" dentro del concepto de EBP, ésta pasa a ser solo un acápite de lo que significa este método (sumándose a los demás componentes que conforman la EBP: La percepción y experiencia del profesional, las necesidades del usuario y la situación contextual), y no se convierte bajo ninguna circunstancia en el único factor determinante para esclarecer una determina decisión en relación a un tratamiento o acción específica que se llevará a cabo (Gustafsson, Molineux, & Bennett, 2014), sino que, se suma como un elemento que aporta a la visión y entendimiento que tenemos del problema. Por lo tanto no deja de ser fundamental que para comprender este método, debemos contemplar todos sus componentes de forma simétrica entendiendo que alguno de estos factores tomará mayor relevancia de acuerdo a la situación específica en la cual nos encontremos situados (Chabon, Morris, & Lemoncello, 2011). Por otra parte, es determinante contemplar el carácter laxo que tiene la EBP como un proceso que está en un cambio continuo (comprendiendo que estos cuatro factores se encuentran en una constante renovación) y en una evaluación permanente (Thomas, Saroyan, & Lajoie, 2012), que por ningún motivo debe ser entendida como una práctica lineal, debido a que su aplicación no garantiza resultados exitosos al primer intento, sino más bien busca generar un pensamiento y accionar crítico y reflexivo en relación a las propias praxis (Gustafsson et al, 2014).…”