“…Al practicar un deporte existe el riesgo de sufrir una lesión deportiva, (Vanmeerhaeghe, Tutusaus, De Antolín, & Massó, 2008) como resultado puede ocasionar la suspensión de la práctica del mismo ya sea temporal o permanentemente. En general, la práctica deportiva y de actividades físicas tiene una gran influencia en el incremento del número de lesiones deportivas (Pérez, 2010;Vanmeerhaeghe & Romero, 2013a), las cuales son muy comunes, en el deporte de alto rendimiento su incidencia es del 30 % en el fútbol, 22% en el baloncesto, 15.5% en el fútbol sala y 11.1% en atletismo, según el estudio de Moreno, Rodríguez, & Seco, (2008), se concluyó que el fútbol es el deporte con mayor incidencia de lesiones, debido a sus características propias, habilidades requeridas como la resistencia, cambios de dirección e intensidad de juego, horas de entrenamiento, terreno de juego, debilidad muscular, entre otros factores. En relación con la localización anatómica, la articulación del tobillo es una de la más afectadas, puesto que el pie es la zona de contacto del cuerpo con el suelo por lo que se ve sometido a fuerzas de gran intensidad; específicamente el esguince de tobillo y daño al ligamento lateral externo presentan entre 15% y 25% de todas las lesiones en la práctica deportiva (Murphy, Conolly, & Beynnom, 2003;Valderrabano, Barg, Paul, Pagenstert, & Wiewiorski, 2014).…”