Con el objeto de intentar superar el diálogo de sordos en que desde hace tiempo se ha convertido la interpretación del primer Lazarillo, este estudio se propone una aproximación variacionista. Se analiza así la novelita distinguiendo entre la lectura programada por el autor y la lectura posterior que empieza con la edición de Juan López de Velasco. Ciñéndose a la evolución del sentido de la obra desde los años cincuenta del Quinientos hasta el final del siglo, este ensayo muestra cómo la figura del escudero pasó de ser leída como ejemplo ridículo de la baja nobleza a un emblema satírico de la aristocracia en su conjunto. De esta manera, se podrá notar que, lejos de ser secundarias, las cuestiones políticas de la guerra, de la carestía y del hambre, constituyen, junto con los aspectos religiosos, núcleos de sentido de sustancial relevancia del primer Lazarillo.