“…Por un lado se reportan mejoras en textura en carne de bovino Longissimus dorsi(Kang et al, 2017;Peña-González et al, 2017;Peña-Gonzalez et al, 2019), Longissimus lumborum(Barekat and Soltanizadeh, 2017;Diaz-Almanza et al, 2019), Semitendinosus(Jayasooriya et al, 2007;Chang et al, 2015;Wang et al, 2018), Semimembranosus(Stadnik and Dolatowski, 2011), sirloin(Roberts, 1991), flank (falda)(Zou et al, 2018), en donde la disminución de la dureza es comúnmente atribuido a los efectos físicos de la cavitación acústica, resultando en daño en el perimisio(Roberts, 1991), ruptura de la estructura de proteínas miofibrilares y de colágeno (Peña-Gonzalez et al, 2019) y un mayor índice de fragmentación miofibrilar(Kang et al, 2017). Sin embargo, otros autores reportan nulo efecto en terneza al aplicar ultrasonido, atribuyendo comúnmente a que las condiciones de sonicación no fueron lo suficientemente intensas(Gambuteanu and Alexe, 2013;Sikes et al, 2014;Wan et al, 2018). Otros autores reportan un aumento en la dureza al aplicar UAI a carne de puerco en solución salina, en donde este aumento en la textura es atribuido a un aumento en la ganancia de sal(Ozuna et al, 2013).…”