“…Constituye un elemento integral de la educación de calidad, facilitador para formar profesionales que afronten los retos del mundo actual, pero también a ciudadanos con conciencia ética y compromiso cívico, que piensen de manera crítica y actúen en base a criterios de sostenibilidad (De la Rosa et al, 2019;Jucker y Mathar, 2015;Kyburtz-Graber, 2013;Michelsen, 2016). Para que las personas sean agentes de cambio y transformen la sociedad, tienen que transformarse a sí mismas (UNESCO, 2017), en consecuencia, la educación además de desarrollar el conocimiento, también debe trabajar la conciencia y los valores que les empoderen como protagonistas responsables, justos, solidarios, críticos y activos para fomentar una relación armónica con la naturaleza y el desarrollo sostenible (Aznar y Barrón, 2017;Boni et al, 2012;Novo, 2009).…”