“…También se han realizado estudios que analizan los movimientos oculares en conductores expertos y noveles respecto a la localización de sus fijaciones visuales y la información relevante e irrelevante del entorno (Falkmer & Gregersen, 2005;Konstantopoulos et al, 2010;Underwood, Chapman, Berger, & Crundall, 2003;Underwood, Chapman, Bowden, & Crundall, 2002); información para ajustar la trayectoria del vehículo (Dishart & Land, 1998;Underwood, Chapman, Brocklehurst, Underwood, & Crundall, 2003); e información que ayuda a anticipar un evento inesperado y peligroso (Chapman, Underwood, & Roberts, 2002;Crundall et al, 1999;Hosking, Liu, & Bayly, 2010;Huestegge et al, 2010;Underwood, Chapman, Berger et al, 2003). Destacar la aportación de Miltenburg y Kuiken (1990), quienes registraron los movimientos oculares de diferentes grupos de conductores mientras visualizaban simulaciones de vídeo de situaciones de conducción, concluyendo que los conductores con poca o media experiencia se fijaban antes en los objetos irrelevantes que el grupo de más experiencia; o la de Wikman, Nieminen, y Summala (1998), quienes verificaron que un mayor porcentaje de conductores inexpertos tienen un mayor tiempo de fijación sobre objetos distractores del interior del vehículo.…”