“…Lo que hoy en día caracteriza la migración de mexicanos, hombres y mujeres, con o sin estudios, indígenas o no, es que tienen muy pocas probabilidades de insertarse en trabajos que no sean los de jardineros, camareros, empleados en el sector de la limpieza o trabajadoras del hogar, encarnando los estereotipos que guían su presencia en el mercado laboral (Donato, Gabaccia, Holdaway, Manalansan y Pessar 2006;Levine, 2006;Lozano Ascencio, Gandini y Ramírez-García, 2015). De hecho, si nos fijamos en la componente femenina de estos flujos migratorios sabemos que, según datos de 2014, cerca del 26% de las migrantes mexicanas con un nivel universitario o más realizaba empleos no calificados y el 17,2% desempeñaba ocupaciones de cuello blanco (Lozano Ascencio, Gandini y Ramírez García, 2015).…”