pequeñas mujeres rojas de Marta Sanz es una novela de la memoria histórica, comprometida con la construcción de la memoria democrática española, que se centra en la figura del perpetrador Jesús Beato –un delator– y su estirpe. El móvil de Beato es la codicia. Sus descendientes heredan los bienes logrados con el crimen y también la condición codiciosa y criminal. En cuanto que novela de la memoria, se inscribe en el giro victimario y busca una relación clara y unívoca con el pasado, con las exhumaciones de fosas y su significado histórico. Las marcas de novela negra otorgan centralidad al corpus delicti, al cuerpo lacerado y asesinado de Paula Quiñones, que se convierte en testimonio de la perpetuación de la violencia en la historia reciente de España (1936-2012). Esta novela negra de significado histórico se proyecta sobre el cine y la literatura fantástica y de terror como forma de representar el mal y de corregir la banalidad del mal.